Nuevos inquilinos.

A principios de esta verano me di cuenta que en el "patio" de abajo que da al parque teníamos unos nuevos inquilinos. La cosa empezó por un gatito negro la mar de tranquilo, se dedicaba a pasar el día a la sombra, beber aguita cuando regaban los árboles y comer lo que pillara. Pero a la fiesta se nos ha unido la novia.

La nueva pareja de inquilinos.

La verdad que esto de tener mascotas a distancia está genial porque no hay que preocuparse mucho, cuando maullan les echamos pan mojadito en leche que les encanta y algún amable vecino les echa jamon york o cualquier otro fiambre. Lo malo es la preocupación cuando no aparecen... pero siempre acaban volviendo.

Según la teoría de mi madre está bien tenerlos por si salen ratas, pero ¿desde cuando ha habido ratas en el parque? Que yo sepa, desde que pusieron el suelo nuevo ni una.

Ya de paso os dejo un par de fotos de mi sobrina viendo a los gatitos hechas desde la ventana de mi casa, con lo cual no tienen mucha calidad... la cámara no da para más jajaja.

Algún día haré una panorámica de las vistas que tengo desde mi casa, que para vivir en el boquete, no son nada feas.